El Multimillonario Disfrazado Contraataca Capítulo 208 [ 1 / 2]
Molesto por los fastidiosos halagos de Howe, Jaiden ni siquiera había visto que Trevor estabi en elpasillo, y cuando este bloqueó su camino para preguntarle por Luisa, él ni siquiera levantó lacabeza para decirle que lo dejara en paz.
Sin embargo, al ver de quién se trataba, la expresión del médico cambió al instante y respondió:"Oh, hola, señor Sanderson.
La fiebre de la señorita Burke ya disminuyó y su estado es mejorable".
Luego, frunció el ceño levemente y pensó por un momento antes de continuar.
"No obstante, esprobable que ella haya experimentado algo que la asustó demasiado, por lo que su estado mentalno es del todo estable.
De hecho, existe la posibilidad de sufra amnesia selectiva, así que lerecomiendo que se prepare para ello".
Al escuchar esto, Trevor se sintió aún más culpable que antes.
¡Cómo deseaba estrangular a Arjun y Aggy con sus propias manos cuando tuviera la oportunidad!Desafortunadamente, las cosas ya estabant hechas y no le quedaba más alternativa que serpaciente.
Lamiéndose los labios con nerviosismo, él preguntó angustiado: "Pero podrá recuperarsus recuerdos, ¿verdad?".
Solo bastó una mirada a sus ojos para saber lo importante que era Luisa para Trevor, por lo queJaiden suspiró profundamente y replicó: "Me temo que no puedo darle una respuesta concreta,pero le puedo asegurar que su estado no es grave.
Lo más recomendable será no hacerla pasar poremociones fuertes para que pueda recuperar la memoria lo antes posible".
Sus palabras calmaron al instante a Trevor, quien se llevó una mano al pecho y exhaló sintiéndosealiviado.
Después de hablar un rato, ambos se despidieron y Trevor sintió muchas ganas de subir a visitar aLuisa.
Pero entonces recordó la actitud hostil de Rodney y Keyla y se retractó de hacerlo,pensando que lo mejor sería ir al día siguiente para evitar encontrárselos.
Tal como lo planeó, a primera hora de la mañana, él se dirigió al hospital a ver a la mujer queamaba.
En la habitación, Keyla estaba saludando a Jaiden.
Sabiendo que ella era la madre de Luisa, el médico asintió con una sonrisa y la escuchóatentamente mientras revisaba el estado de la joven.
Él no solo sintió su pulso, sino que incluso le dio la medicina personalmente


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